El Festivalino
Cumple con aquello que se dice con lo que ha de cumplir un proyecto; es necesario, cuantificable, realizable….
Lo cierto es que pocos pensaban hace 4 años que la locura del festivalino pudiese llegar a materializarse, pero por eso es especial, por que nació con mas corazón que razón y al final se ha demostrado que corazón y razón pueden ir de la mano cuando la locura es justa y necesaria. Corría el caluroso verano del 2006. La locura de hacer algo en Pescueza era perseguida por Óscar desde que era muy jovencito. Que si avestruces, que si terneras ecológicas, que si turismo rural…. Nunca nada pudo materializarse por que su residencia en Barcelona le impedía poder apretar en algunas de las ideas que tenia. En ese verano un buen amigo de Óscar había tomado la decisión de dar un giro importante en su vida y volver a vivir a Pescueza. Vicente entra en escena. En aquel momento se vio claro que se juntaron el hambre y las ganas de comer. Dos amigos de toda la vida habían coincidido en la necesidad de hacer algo por el pueblo que o bien los había visto nacer , o crecer, o veranear…. Pescueza es un pueblo especial por el que han pasado grandes personas y todas y cada una de esas personas habían dejado un poso en las vidas de estos dos amigos. Por ellos y por ese magnifico pueblo en el que jugaron, se pelearon, quisieron, sintieron y vieron como algunos se marchaban, decidieron impulsar un proyecto para y por el pueblo: La fábrica de vientos Este proyecto quería que Pescueza fuese una fábrica de ideas y de vientos de cambios. Esta fábrica tenia que elaborar vientos de cambios. Cada viento, fue un eje de trabajo que se debía desarrollar para revitalizar el pueblo. Un mes de trabajo, un buen diagnostico, muchas conversaciones, una apuesta: vamos a luchar por nuestro pueblo! No nos entretendremos demasiado en este aspecto, pero finalmente decidimos que para no ser como el Rey Sol, teníamos que contar con el pueblo y que por lo tanto debíamos de contar con la gente de Pescueza para preguntarles y hacerles participar sobre lo que se nos había metido en la cabeza. Ahí nació la primera locura, las Jornadas sobre desarrollo comunitario en el ámbito rural. El objetivo era hablar, reflexionar sobre aquello que debería ser un modelo de desarrollo para Pescueza con todo aquel que estuviese interesado. Más de 200 personas pasaron por las jornadas y siguieron con atención todo lo que allí se hablo. Ponentes de 1er nivel, el Presidente de la diputación, el consejero de desarrollo rural… todo fue increíble, pero nada hacia preveer lo que podría llegar años después. En aquel momento administraciones como la Junta de Extremadura, la Diputación de Cáceres. El Injuve o empresas como Maderas Nobles de la Sierra del Segura o Gea Solar, ya estuvieron apoyándonos. Se barruntaba algo especial. En ese mismo verano de inicio de locura, Óscar y Vicente quisieron contar con la complicidad de personas que habían sido referentes para ellos en su niñez o juventud y ahí entraron en juego Andrés y Venancio. Nadie habría dado un duro por aquello que les explicamos, pero ellos lo hicieron y se pusieron a nuestra disposición Nuestra andadura empezó un agosto del 2006, teniendo claro que queríamos cambiar el pueblo y demostrar que en pueblos pequeños también era posible hacer cosas y transformar realidades. En aquellas jornadas celebradas en abril de 2007, la cultura ya jugó un papel fundamental y además el intercambio cultural, ya que de un proyecto impulsado por extremeños y catalanes, lo mínimo que podría salir era algún intercambio que nos acercara lo que hacíamos unos y otros. El cantautor de l’ Hospitalet de Llobregat Dani Flaco estaba cantando en el escenario, cuando Tío Ángel le pidió recitar a Gabriel y Galán. Fue un momento mágico. Óscar, Vicente, Andrés y Venancio celebraban el éxito de las jornadas escuchando al Flaco y Tío Ángel subió al escenario…. En ese momento nació la idea del Festivalino, la idea de poder traer cosas de fuera pero teniendo en cuenta todo lo que llevábamos dentro entró en escena. En la tierra del chiquinino, cutaino o pobrecino, nos hacia falta un Festivalino y necesariamente, este festival chico, tenia que ser el mas pequeño del mundo. Nos imaginamos a Tío Ángel, o a Tía Laura, o a Tía Manuela o a Tío Luis haciendo un spot en la TV diciendo… Dónde vas? Al festivalino, el festival más pequeño del mundo! Fijaros si en este proyecto no hay nada de planificación divina, lo que pensamos en el 2007 , es lo que hemos hecho en el 2010 para mostrar lo que fuimos, lo que somos y sobre todo lo que queremos hacer.